miércoles, 9 de abril de 2008

Hacia el 2º Encuentro Nacional de Estudiantes de Sociología

Análisis colectivo constructivo

Estudiantes de Sociología de La Plata

Cuando nos reunimos los estudiantes de sociología de La Plata para pensar cómo ayudar a los compañeros de Mar del Plata y para continuar el proceso de discusión y construcción de la unidad, también comentamos con sorpresa la entrada de Fran de San Juan en el blog de Sociocuyana. Nos costó entender sus críticas y nos pusimos a pensar cómo había sido el proceso que nos llevó como regional La Plata al encuentro, para poder evaluarlo y seguir en el intento por hacer, pensar y ser un espacio aun más fructífero. Después de una larga conversación decidimos escribirles nuestra evaluación del encuentro.

¿Por qué y para qué necesitamos reunirnos como estudiantes en un espacio propio?

Todo esto empezó al cruzarnos muchos de nosotros en congresos académicos tradicionales (UBA, La Plata, Mendoza, Porto Alegre). Al encontrarnos en los pasillos y aulas, tuvimos la necesidad de repudiar esa experiencia que estábamos viviendo: los “famosos” sociólogos, profesores reconocidos o las “fotocopias personalizadas” nos hablaban de sociología ajena, nos sentaban en filas de sillas para maravillarnos con sus conocimientos, y al final irse con su deseado papelito que los valoriza en el mercado académico. Cuando de transformación n de la realidad se hablaba, los ejemplos quedaban cortos y el ideal de sociólogo comprometido era el “colega” Lagos, ex presidente de Chile.

Como estudiantes éramos meros espectadores de un diálogo sin receptor que no tenía intenciones de construir conocimiento en conjunto.

¿Cuál era nuestro lugar en esa vitrina sofisticada y avalada por una tradición pomposa pero casi vacía desde hace siglos? Ninguno. Callar, escuchar, y si somos inteligentes y nos adaptamos, reproducir.

A pesar de que la angustia y la desilusión fueron el resultado de nuestra primer búsqueda, continuamos en el intento de ser parte de una nueva sociología (auto)transformador a y de calidad.

La gota que colmó el vaso, lo que nos hizo ver la verdadera cara de la academia, fue cuando nos echaron del aula donde desarrollábamos un plenario estudiantil en el marco del Pre-ALAS UBA (mayo 2007) y nos hicieron notar que si hubiera habido un profesor con nosotros en ese momento, eso no hubiera ocurrido. Nos golpeó en la cara el hecho que para la academia una reunión estudiantil no es importante.

En ese plenario nos encontramos más de 100 estudiantes que descubrimos que compartíamos necesidades, búsquedas y problemas. Esto impulsó la idea de hacer un encuentro nuestro, de estudiantes de sociología.

Este encuentro nació de la necesidad de la rebeldía ante la bronca de la impotencia. No podíamos en nuestro encuentro reproducir aquello que criticábamos. No solo por excluirnos sino porque nos parecía que su manera de hacer sociología no era la única y ni siquiera la mejor. Necesitábamos espacios propios para experimentar nuevas maneras de pensar y hacer sociología. Eso no quería decir repudiar los congresos académicos, sino encaminar un esfuerzo conjunto y sostenido por criticarlos y transformarlos.

¿Cómo construir nuestro espacio?

En un intento práctico por romper con la lógica verticalista y academicista en la que nos educamos, decidimos generar espacios de lógica horizontal y democrática, donde no hubiera jerarquía de conocimiento y donde todos fuéramos protagonistas.

Acá en La Plata nos propusimos pensar aquello que pedíamos y no encontrábamos. Teníamos que poder hacer algo nuevo y diferente. Esto nos costó mucho, porque aprendimos en la práctica lo difícil que es hacer “lo nuevo” cuando nos educan para reproducir.

Comenzamos siendo un número reducido con el objetivo de ser muchos más. De a poco y reunión a reunión comenzamos a encontrarnos con más compañeros. Hicimos varios plenarios donde, en la marcha, aprendimos a discutir, pensar y escribir entre muchos, aceptando las múltiples diferencias que tenemos.

En función de mantener esta lógica en los talleres y en la estructura general del Encuentro, armamos una propuesta de trabajo basada en la concepción de la educación popular de que todos sabemos algo, y que nadie lo sabe todo, y así, el conocimiento se construye colectivamente a través del diálogo. Las conclusiones prácticas de esta convicción fueron:

* Los talleres se toman como espacios de intercambio entre estudiantes sin hacer distinciones entre ingresantes y avanzados o exponentes y oyentes, donde los trabajos escritos, mandados con anterioridad y leídos por todos los participantes, no se “presentan” sino que se conversan, y donde además un coordinador garantiza la circulación de la palabra y otro registra las discusiones.

* No utilizar el formato tradicional de ponencias y exponentes, por considerarlos sistemas de monólogos que alimentan las arcas de la charlatanería, que no tienen como objetivo construir conocimiento, sino solo enunciarlo para ser reproducido;

* Que temas como pobreza, genero o metodología, que suelen ser discutidos en mesas aparte, sean tomados como ejes de discusión en todos los talleres, por entender que no pueden ser tratados como temas autonomizados ya que atraviesan cualquier tipo de análisis sobre la realidad;

* Pensar mesas de temáticas amplias donde los participantes que presentan trabajos escritos se ubiquen según sus intereses y la forma en que entienden sus producciones.

* Entender como trabajo escrito cualquier tipo de producción estudiantil, ya sea individual o colectiva

* Plantear otra sección del Encuentro, unida a los talleres temáticos, donde se discuta y reflexione conjuntamente sobre la distribución de poder académico e institucional en la Universidad , y sobre el rol de los estudiantes (democratización n, planes de estudio, situación por universidad, reclamos gremiales, etc.).

* Que cada día del encuentro termine en un plenario donde se haga puesta en común de las diferentes comisiones.

En la división del tareas que se consensuó en el pre-ALAS, nosotros, regional La Plata, nos íbamos a encargar de pensar una propuesta integra para los talleres y ésta fue enviada a la red nacional, desde la cual se recibieron algunas reformulaciones que fueron implementadas, pero no se hizo una contrapropuesta íntegra ni un rechazo sobre las concepciones o su resultado. Desde el principio el espíritu del encuentro fue que lo hiciéramos todos los participantes, por lo cual se iba a discutir por ultima vez en el comienzo del ENES.

¿Cómo continuar la construcción de nuestro espacio?

Consideramos que de todos estos proyectos, ideas y disparadores, algunos funcionaron y otros fueron víctimas de nuestra inexperiencia, y precisan ser mejorados por todos, en función de continuar este camino de construcción de una nueva sociología.

Creemos que el ENES fue un éxito porque cumplió el objetivo de juntar a más de trescientos estudiantes de casi todas las Universidades del país, que durante tres días debatimos y compartimos experiencias, logrando consensos a pesar de las falencias de la organización. Consensos tan importantes como que la sociología debe hacerse y pensarse en función de la transformación n social.

Nos descubrimos capaces de organizar un encuentro horizontal, plural e independiente, en el cual nos reconocimos como sujetos productores de conocimiento y como agentes de cambio.

También sabemos que algunas cosas no se planearon correctamente y que otras no pudieron ser llevadas a cabo.

Estamos convencidos de que los procesos de crecimiento deben ser acompañados y cuidados por todos sus integrantes, y que solo así, sin malas intenciones e intentando autosuperarse, se puede aprender y aprehender de nuestra práctica y de la ajena. Como estamos convencidos de que toda práctica tiene un sustento ideológico, consideramos que hay que visibilizarlo, como hemos hecho en este documento. Por ello, para ser capaces de aprender de las experiencias ajenas (sino todo el tiempo empezaríamos de cero) es necesario entenderlas críticamente y ponerlas en tensión con las propias.

En relación a los talleres consideramos que no rindieron los frutos esperados por varios motivos. Entre ellos (y sin intentar ser completamente exhaustivos):

* Los trabajos no se entregaron ni difundieron a tiempo, lo que impidió cumplir con la pauta de conversar con conocimiento de los mismos.

*Desconocíamos la cantidad de personas que íbamos a concurrir al encuentro, por lo que la planificación de los tiempos de los talleres no fue adecuada.

*La dificultad para empezar a organizarnos el sábado a la mañana, entorpeció realizar el plenario organizador que iba a evaluar la propuesta de los talleres. En ese momento habíamos pensado elegir a los coordinadores de los talleres. Esto no se pudo hacer y quedó librado al funcionamiento de cada espacio.

*Todo lo anterior hizo que los talleres hayan tenido resultados muy desiguales, lo que se puede ver en las conclusiones.

*Muchas delegaciones se fueron antes de lo pensado, por lo que hubo dos plenarios de cierre, y en el segundo faltaban muchos compañeros.

En cuanto a las diferencias entre las regionales y los distintos grados de organización y cantidad de integrantes, pensamos que estas diferencias existen y debemos aprender a trabajar desde ellas y superarlas. Cada carrera llegó al encuentro luego de un proceso propio específico. El desafío es generar una organización que respete los procesos, los impulse y fortalezca para lograr consolidarnos en cada facultad a través de la práctica en espacios independientes. Consideramos que la cantidad de integrantes no tiene que ver con el grado de organización. Pero desde La Plata creemos que es necesario pensar las estrategias para que las delegaciones con más integrantes no terminen “acallando” a las más pequeñas.

En relación a las tareas que deben llevar adelante las diferentes regionales este es un punto que es necesario planificar adecuadamente porque de él depende el futuro del ENES. Para esto las tareas deberían distribuirse en los plenarios generales, donde se consensúen los pasos a seguir y cada delegación se comprometa a cumplir con sus tareas. La experiencia también nos ira enseñando a no proponernos metas para el año que no podamos realizar. Aceptemos que es un proceso lento y que con el trabajo constante y cotidiano vamos a lograr afianzarlo.

Pensando en la propuesta de hacer una Federación de Estudiantes de Sociología, nos parece que hay un consenso sobre la necesidad de seguir trabajando para llevarla a cabo en un futuro más o menos cercano. Creemos que es necesario dar un marco de organización al ENES medianamente estable que garantice su fortalecimiento y continuidad en el tiempo. Queda por discutir como va a ser esa organización, pero una cosa queda clara, en ella todas las delegaciones estaremos en pie de igualdad. Es imposible una Federación sin regionales fuertes, por lo que necesitamos trabajar cotidianamente en cada una de las delegaciones.

Estamos construyendo una sociología nueva de y para el pueblo, queremos una práctica transformadora que nos ayude a romper con nuestras propias estructuras. La sociología no se hace sólo desde las aulas o desde los centros de investigación, sino día a día en cada lucha popular, pensando y actuando con nuestros compañeros. Estamos convencidos que somos capaces de tener una praxis transformadora.

Desde el ENES y desde las aulas estamos construyendo una nueva sociología.

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